En varias ocasiones en esta semana he escuchado decir a los mayores  “ya se sienten los aires de semana santa” naturalmente el calor, las frutas de temporada, las canciones de viacrucis y recorrido de las procesiones por nuestros barrios nos hace sentir muy cerca de la semana mayor.  Nuestros sacerdotes hacen un llamado a los fieles para que se “conviertan y crean al evangelio”, pero ¿están realmente nuestras comunidades, apostolados y ministerios en este proceso continuo de conversión?  Varias personas que han dejado de participar en los grupos o movimientos de nuestras iglesias  se han alejado precisamente por la falta de caridad y fraternidad de las personas que participan “activamente en los apostolados”.  Muchas veces perdemos de vista la cruz redentora y convertimos nuestros grupos en reuniones sociales llenas de rivalidades con los demás movimientos parroquiales. Es preciso durante este período de reflexión erradicar todo la cizaña que impide que germine la semilla del amor fraterno: chismes, mentiras, rivalidades, egoísmos, diferencias. Permitamos que el amor de Dios nos inunde y convierta nuestros grupos en apostolados auténticos.

"Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por mí." San Mateo 25, 40