Estamos a pocas horas de concluir el año 2013, año que la iglesia nombró como Año de la Fe. Durante este año hemos reflexionado en la importancia de conocer y de vivir nuestra fe, personal, familiar, comunal y global como parte de la iglesia universal. Ha sido un año que produjo grandes frutos, muchas familias participaron más de cerca en las actividades, escuchando la Palabra del Señor y meditando en su mensaje y muchos de nosotros, los miembros de los diferentes apostolados, también experimentamos la alegría de servir a Cristo en los más necesitados. Como decía S.S. Francisco, es un momento para “agradecer” por los dones, gracias, regalos recibidos en este año, así como por los momentos compartidos, personas que conocimos y con las que disfrutamos buenos momentos. Pero también, nuestro Papa nos recuerda que es un momento para “pedir perdón” por los errores, faltas, debilidades y por todas las ocasiones en que nos faltó caridad. Pidamos a Jesús la gracia de iniciar este 2014 tomados de su mano,  y no soltarnos de él, para que encontremos firmeza y confianza ante las debilidades y pruebas que encontremos.

Les animamos a seguir trabando por el Señor, es el mejor trabajo que da una paga que nunca se gasta y cuya recompensa es la vida eterna. El próximo año será dedicado a la familia en Nicaragua. Será una ocasión para orar y actuar por todas las familias, en especial aquellas que pasan dificultades.

¡Que Cristo sea el centro de todo nuestro nuevo año!